Eneagrama - reseña crítica

El eneagrama resume nueve formas de ver la vida y de convivir con otras personas. Con la ayuda de una estrella de nueve puntas, Andrea Vargas te proporciona un mapa para conocer los defectos y virtudes de tu personalidad, y mejorar tu salud mental y tus relaciones interpersonales. ¿Estás listo para comenzar este viaje de autodescubrimiento?

¿Qué es el eneagrama?

El eneagrama es una herramienta de carácter psicológico utilizada para comprender el comportamiento humano. Funciona como un esquema de distintos tipos de personalidades y está representado gráficamente como un círculo que encierra una estrella.

Dentro del eneagrama existen nueve personalidades diferentes. De acuerdo con este concepto, cada una de ellas es válida y ninguna es mala.

Estas personalidades corresponden a características del comportamiento humano bastante comunes, por lo que todas las personas pueden tener rasgos de cada una de ellas.

Ahora bien, lo que intenta hacer el eneagrama es destacar cuál es la tendencia que predomina sobre tus pensamientos y acciones, de modo que seas capaz de identificar tus habilidades y limitaciones al afrontar la vida.

Por otro lado, esta herramienta también se utiliza para encaminar estrategias de desarrollo personal, debido a que te ayuda a conocerte mejor y aceptarte. El eneagrama te permite detectar cuál es la parte de tu personalidad que te causa problemas.

A lo largo de tu vida, has adoptado hábitos que funcionan como un escudo para no ser lastimado. Sin embargo, cuando estos comportamientos comienzan a aparecer de forma mecánica e inconsciente, tus barreras se vuelven nocivas y quedas atrapado.

Al estudiar tu personalidad por medio del eneagrama, puedes aprender a reconocer los hábitos mecánicos, tomar conciencia, corregirte y lograr un cambio positivo.

Personalidad tipo “Uno”

Una persona que entra en la clasificación de la personalidad “Uno” es alguien idealista, cuyos valores primordiales son la honestidad, la justicia y la responsabilidad.

Se caracteriza por ser una persona disciplinada que siempre quiere las cosas bien hechas, pues persigue una imagen de perfección.

En cada ámbito de su vida suele ser muy exigente consigo mismo y con las personas a su alrededor, especialmente dentro del trabajo.

Si tú eres un “Uno”, probablemente percibes el mundo como un lugar imperfecto que debes ayudar a corregir; en consecuencia, sientes sobre tus hombros un peso abrumador.

Uno de tus principales defectos consiste en ser demasiado crítico y llegar a sentirte el único dueño de la verdad, mientras todos los demás están equivocados.

Por el lado positivo, esa determinación de ser perfecto te hace capaz de encontrar y solucionar errores con rapidez en cualquier actividad. Los “Uno” tienen una gran fuerza de voluntad.

El origen de estas actitudes puede estar en haber crecido en un ambiente donde se te exigía madurar rápido para poder hacerte cargo de tus padres y hermanos.

Para mejorar los aspectos negativos de esta personalidad, es necesario aprender a sentir los sentimientos buenos y malos sin reprimirlos. También hace falta romper la rutina y dedicar tiempo a uno mismo.

Personalidad tipo “Dos”

Los “Dos” son personas muy expresivas y complacientes, con una intuición increíble para notar las necesidades y deseos de los demás.

En líneas generales, suelen estar atentos a lo que necesitan otras personas, pero tienen dificultades para conocerse a sí mismos. Desean ser aceptados y amados por todos a su alrededor.

Si entras en la personalidad tipo “Dos”, seguro reconoces ese miedo al rechazo y a estar solo. En tu día a día, te dejas llevar por tus emociones y no le haces mucho caso a la razón.

Es posible que de niño te hayan enseñado a dar para recibir algo. Al crecer, querías ser importante en la vida de los demás, y te diste cuenta de que era más fácil lograrlo si te acercabas de forma cariñosa.

El mayor defecto de estas personas es que, debajo de su actitud amable, a veces buscan manipular a otros para conseguir lo que quieren, y cuando se enfrentan a emociones negativas, pueden perder el control.

No obstante, es cierto que tienen una habilidad maravillosa para construir conexiones profundas con cualquier persona. Son individuos simpáticos y divertidos.

Para evitar ser un “Dos” tóxico, necesitas aprender a dar solo lo justo, y luego alejarte para dedicarte a ti mismo y conocerte mejor, aun cuando tengas miedo.

Cada vez que necesites algo, pídelo directamente y evita manipular para conseguirlo.

Personalidad tipo “Tres”

Quienes tienen una personalidad tipo “Tres” son individuos seguros de sí mismos que están siempre persiguiendo el éxito. Dentro de su trabajo les encanta prepararse para ser los mejores.

Igualmente, son personas que le dan demasiada importancia a la apariencia, a mostrar un estatus económico y social sobresaliente.

Es normal que los “Tres” tengan problemas para expresar sus sentimientos y que vivan con el miedo constante al fracaso.

Esta clase de personalidad se desarrolla cuando desde pequeño recibes aprobación y admiración por tus logros. Como consecuencia, tu autoestima pasa a depender del valor que otros te dan, y no de quien realmente eres.

Por supuesto, la personalidad “Tres” también tiene un lado positivo, ya que viene acompañada de una excelente capacidad de trabajo. Se trata de personas organizadas que saben tomar decisiones y solucionar problemas con rapidez.

No obstante, lo negativo de amar tanto el éxito es que te desconectas de tu verdadera identidad, porque gastas demasiado tiempo vendiendo una imagen de ganador.

Puedes evitar caer en el lado desfavorable de esta personalidad al tomar una pausa de tanto trabajo y preguntarte si realmente te gusta lo que haces.

Disminuye la velocidad y disfruta de las cosas simples de la vida.

Personalidad tipo “Cuatro”

Los “Cuatro” se caracterizan por ser creativos e hipersensibles, con la capacidad de entender perfectamente los estados de ánimo de otras personas.

Al mismo tiempo, son seres humanos introspectivos que pasan gran parte de sus vidas recordando y fantaseando sobre el pasado y el futuro.

Si este es tu caso, seguro has experimentado el sentimiento desconcertante de que algo falta en tu vida, pero no sabes qué es ni dónde encontrarlo.

Aun así, la mayoría del tiempo te gusta disfrutar de la vida al máximo con sensaciones profundas y estímulos fuertes.

Uno de los factores que dan origen a la personalidad tipo “Cuatro” tiene que ver con sentirse abandonado durante la infancia, ya sea física o emocionalmente.

Este abandono produce enojo y soledad, lo que lleva al niño a buscar formas de sentirse visto y amado.

Como consecuencia de esta experiencia, al crecer, los “Cuatro” son realmente buenos para guiar a otras personas a través del dolor, ayudándolos a sanar. Mientras tanto, cuando sus propios problemas son demasiado abrumadores, no saben manejarlos y se encierran en sí mismos.

La recomendación para estas personas es aprender a identificar sus emociones en el momento en que las sienten: alegría, enojo, miedo, tristeza… A partir de allí, es más sencillo gestionarlas para no ser gobernado por ellas.

Personalidad tipo “Cinco”

Dentro de la personalidad “Cinco”, los individuos son independientes y observadores. Para ellos, las relaciones interpersonales resultan agotadoras. Se caracterizan por ser de pocas palabras y necesitar tiempo a solas para recargar energías.

Sin embargo, cuando están solos y cómodos son capaces de dejar salir sus emociones y reconocer que necesitan cariño.

Lo que más apasiona a los “Cinco” es aprender y satisfacer su curiosidad; manejar conocimientos los hace sentir más seguros.

Este tipo de personas pueden provenir de un ambiente familiar sobreprotector que los haya conducido a crear barreras para resguardar su espacio personal.

También es posible que hayas crecido como un niño tranquilo y callado, aprendiendo desde muy joven a observar y comprender lo que ocurría a tu alrededor. Esto te ha enseñado a escuchar y dar consejos a los demás.

Pero debes tener cuidado, ya que a veces ese papel de observador te priva de participar en tu propia vida, convirtiéndote en una persona fría y ausente.

Para equilibrar esta personalidad, es importante prestar más atención a tus sentimientos que a tus pensamientos.

Por otro lado, es necesario conectar tu mente con tu cuerpo a través de la actividad física, mediante la práctica de deportes, baile o yoga, por ejemplo.

Personalidad tipo “Seis”

Los “Seis” son personas comprometidas, responsables y leales que siempre se esfuerzan por cumplir sus promesas, lo cual puede generarles mucho estrés.

Es fundamental para ellos encontrar un lugar seguro en sus vidas, por lo que pueden llegar a ser cautelosos y desconfiados. Aunque también son cálidos y amigables con las personas que se han ganado su confianza.

Si estás dentro de esta categoría, es posible que seas alguien muy nervioso y preocupado. Tu mente es bastante buena en dejarse llevar por el miedo e imaginar los peores escenarios.

Para las personas que te rodean eres muy contradictorio, porque pasas de ser muy decidido a tener mucho miedo.

Es posible que de pequeño tus padres te transmitieran sus temores e inseguridades. O que hayas crecido con dificultades económicas, y con la incertidumbre de qué iba a pasar después.

Todo esto no es completamente malo, ya que como “Seis” tienes talento para planificar y adelantarte a cualquier cosa que pueda salir mal. También eres una persona empática y sumamente leal.

Puedes comenzar a mejorar tu personalidad al reconocer tus miedos y enfrentarlos. Toma conciencia de tus pensamientos negativos e intenta cambiarlos.

Personalidad tipo “Siete”

La personalidad “Siete” es alegre y soñadora, disfruta de estar rodeada de otras personas y ser el centro de atención con su buen sentido del humor.

A los “Siete” les gusta ver el lado positivo de la vida y prefieren huir del dolor. Además, este tipo de personas no se llevan bien con la autoridad y se sienten mal cuando reciben órdenes.

Su gran imaginación les permite visualizar todas las posibilidades para nuevos proyectos en el futuro, y gracias a su entusiasmo pueden conectar con personas muy diferentes.

Los individuos que forman parte de este grupo suelen tener en común una infancia feliz y segura, pero que en algún momento fue interrumpida por una experiencia dolorosa.

Entonces, los niños aprendieron a utilizar su imaginación como un mecanismo de defensa frente a la pena y el miedo. Ahora, como adultos, se esconden del dolor propio y ajeno.

Es necesario que los “Siete” aprendan a disfrutar más del presente, agradeciendo todas las cosas buenas que tienen en sus vidas.

De igual forma, resulta oportuno que ejerciten su habilidad para expresar las emociones tristes, aunque esto no sea completamente compatible con la imagen de diversión que suelen proyectar.

Personalidad tipo “Ocho”

Los “Ocho” se definen como personas asertivas y directas que disfrutan de ser líderes y ejercer su poder. Tienen una presencia fuerte adonde quiera que van, la cual resulta difícil de ignorar.

Si bien parece que la mayoría del tiempo tienen sus pies sobre la tierra y son excelentes para tomar decisiones en momentos complicados, muchas veces pueden dejarse llevar por sus impulsos y recurrir a la violencia como mecanismo de defensa.

Cuando eres un “Ocho”, tu exceso de energía suele resultar intimidante para otras personas, porque no mides tus palabras ni tus acciones.

Lo más recomendable es encontrar un método para redirigir esta energía hacia un camino más positivo, de modo que seas capaz de controlar tus impulsos antes de lastimar a alguien.

El origen de esta personalidad puede estar ligado a crecer en un ambiente hostil y violento, donde las figuras de autoridad te hayan maltratado y tú hayas guardado todo ese rencor.

Personalidad tipo “Nueve”

Se trata de una personalidad acogedora y optimista. Los “Nueve” son los amigos que proyectan seguridad y que siempre quieren ayudar.

Para esta clase de personas, la comodidad es imprescindible, por lo que les cuesta mucho salir de su rutina o atreverse a entrar en algún conflicto.

Estos comportamientos derivan de una infancia segura y confortable donde tus padres siempre estuvieron allí para protegerte. En realidad, no tuviste que luchar por nada.

También existen casos donde la personalidad tipo “Nueve” se desarrolla porque el niño se siente ignorado y poco especial en comparación con sus hermanos.

De cualquier forma, sus principales virtudes son la nobleza y la paciencia para manejar momentos de crisis. Mientras tanto, su lado negativo es evidente en su miedo a tomar la iniciativa y, en cambio, esperar a que los problemas se resuelvan solos.

Si quieres ser un “Nueve” equilibrado, es necesario convertirte en alguien asertivo que sepa decir “No”. Igualmente, resulta útil aprender a negociar para poder enfrentar los conflictos y no solo huir de ellos.

Notas finales

El eneagrama es un recurso muy útil para descubrirte a ti mismo. Es una buena oportunidad para enfrentar esos aspectos de tu personalidad que te dan miedo o vergüenza, e iniciar tu proceso de crecimiento personal.

Igualmente, este mapa se puede utilizar para conocer mejor a tu familia, amigos y colegas, ya que ayuda a comprender por qué se comportan de cierta manera y qué necesitas para llevarte mejor con ellos.

A modo de resumen, repasemos las nueve personalidades que componen el eneagrama:

1. Perfeccionista.
2. Servicial.
3. Exitoso.
4. Hipersensible y creativo.
5. Observador.
6. Cauteloso y leal.
7. Optimista.
8. Protector y dominante.
9. Mediador.

Consejo de 12min

Las experiencias de tu infancia moldean tu personalidad. Por esa razón, en el libro “Transforma las heridas de tu infancia”, Anamar Orihuela explica la relación entre tus problemas emocionales y los sucesos de tu niñez, proporcionándote herramientas para sanar.